En todo tiempo Dios continúa siendo Dios, el mismo Dios que nos ha ayudado en momentos de necesidad y que nos ha bendecido en otros tiempos, es el mismo hoy en nuestros momentos de dificultades, el no cambia y no tarda a sus promesas.
Cuando estamos pasando por momentos de dificultades entendemos que Dios está lejos o ajeno a nuestra necesidad pero en realidad los que nos hemos alejado de El acercándonos demasiado a nuestros problemas hemos sido nosotros. Lo más común es que el ser humano se sienta abrumado por preocupación y por lo mucho que ha tardado su prueba, y tendemos a orar con desesperación, y no recibimos respuesta de Dios porque no es el tiempo apropiado, en esos momentos es cuando debemos acercarnos aún más a Dios. Y orar como lo hacía David en Salmos 28: 7.

Paremos de reclamar a Dios porque nosotros no recibimos lo que queremos en nuestro tiempo y empecemos a buscar entendimiento de El para saber cual será el tiempo apropiado de Dios para nosotros. Necesitamos pedirle sabiduría a Dios para que nos ayude a entender su propósito en la situación en que estamos y no buscar resolver por nuestra propia cuenta o en el peor de los casos enojarnos con Dios porque no hace lo que nosotros queremos en el tiempo que nosotros queremos.
Dios conoce lo que es mejor para nosotros y el sabe porque permite cada situación en nuestras vidas. Si ahora estás pasando por tiempos de desierto y de prueba pídele a Dios la gracia para entender lo que Dios quiere trabajar contigo en este momento y aprende a orar como David sin olvidar que Dios es misericordioso y han sido innumerables las veces que nos ha mostrado que nos ama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario